Septiembre
experiencias , familia , relatos
Vuelve a ser septiembre, vuelven los recuerdos, los reportajes, las noticias y las estadísticas. Homenajes de un lado y del otro, viviendo cada uno su realidad: sus dolores y angustias...sus alegrías y festejos...
Yo tenía 7 años y recuerdo perfectamente...Tuve miedo, conciencia de qué estaba sucediendo y supe que no era bueno. Tal vez porque me enseñaron desde niño el respeto. Tuve una familia maravillosa, una madre maravillosa de la cual aprendí a ayudar, aprendí que debemos preocuparnos por los demás, que nos debe importar el dolor, la pobreza, la miseria, que debemos mirar más allá de nuestras paredes.
Mis hijos hoy tienen 8 y 5 años, la edad de muchos de nosotros que vivimos y crecimos conociendo historias de dolor y angustia. Me he preocupado de que sepan lo que sucedió, de que el país sufrió, que aún persiste la división entre nosotros. Me interesa que sepan, que no se olvide para que nunca se vuelva a repetir...
Tratamos en lo posible de que exista tolerancia, de que comprendan que deben respetar al que piensa distinto, al que no es igual, al inválido, al gordo, al que tiene más o al que no tiene nada.
Quiero que mis hijos crezcan como lo hice yo: con respeto y cariño y por supuesto que nunca deban pasar por la triste realidad de muchas familias que lloran la pérdida o aún no conocen dónde están sus padres, hermanos o amigos.
Yo tenía 7 años y recuerdo perfectamente...Tuve miedo, conciencia de qué estaba sucediendo y supe que no era bueno. Tal vez porque me enseñaron desde niño el respeto. Tuve una familia maravillosa, una madre maravillosa de la cual aprendí a ayudar, aprendí que debemos preocuparnos por los demás, que nos debe importar el dolor, la pobreza, la miseria, que debemos mirar más allá de nuestras paredes.
Mis hijos hoy tienen 8 y 5 años, la edad de muchos de nosotros que vivimos y crecimos conociendo historias de dolor y angustia. Me he preocupado de que sepan lo que sucedió, de que el país sufrió, que aún persiste la división entre nosotros. Me interesa que sepan, que no se olvide para que nunca se vuelva a repetir...
Tratamos en lo posible de que exista tolerancia, de que comprendan que deben respetar al que piensa distinto, al que no es igual, al inválido, al gordo, al que tiene más o al que no tiene nada.
Quiero que mis hijos crezcan como lo hice yo: con respeto y cariño y por supuesto que nunca deban pasar por la triste realidad de muchas familias que lloran la pérdida o aún no conocen dónde están sus padres, hermanos o amigos.